Está comprobado que los niños que se lavan las manos con más frecuencia tienen menos riesgo de enfermarse, por eso es muy importante inculcar este hábito desde pequeños.

Lavarse las manos no sólo debe ser cuando las tengan sucias, lo pueden hacer después de jugar con mascotas, al llegar a casa, o inclusive después de estornudar o toser.

El contacto a través de las manos es la forma más frecuente de transmisión de patógenos, según la Organización Mundial de la Salud hasta un 44% de enfermedades diarreicas y un 25% de infecciones respiratorias pueden evitarse con el simple hecho de lavarse las manos.

Por eso la importancia de inculcuar este habito en los hijos y en nosotros igual como padres, que estamos expuestos a muchos lugares públicos, objetos y personas que pueden tener muchas bacterias , virus y contaminantes.